Como consecuencia de los efectos por todos conocidos que ha generado la pandemia del COVID-19, hemos considerado necesario implementar una serie de acciones para adaptarnos a la nueva situación.
Estas acciones han pasado por diversas fases,
dependiendo de la situación del momento
y de la incertidumbre generada en todos nosotros.
En un primer momento, nuestros vehículos eran desinfectados diariamente con una solución de dióxido de cloro. Como complemento, se puso a disposición de los pasajeros una solución hidroalcohólica higienizante de manos en ambas entradas al vehículo.
Paralelamente, y en la entrada del vehículo, los pasajeros encontraban un cartel informativo con recomendaciones básicas a seguir. Recomendaciones que el conductor recordaba y pedía a los pasajeros que siguieran en beneficio de todos.
Pero, estas acciones, que en un primer momento parecían suficientes, pasaron a estar «obsoletas» en un corto periodo de tiempo. Consideramos necesario continuar con ellas y, además, añadir otras acciones para proyectar la máxima confianza hacia nuestros clientes y trabajadores.
Para conseguir esta confianza consideramos imprescindible implementar una serie de medidas efectivas contra el contagio, adaptando nuestras instalaciones y vehículos a nuevos protocolos de higiene y sistemas de prevención.
De ahí que hayamos considerado necesario que un organismo independiente evalúe los procesos a implementar, obteniendo el Certificado de Seguridad Biológica STOP COVID-19
«… un esquema certificable que evidencia el compromiso de la dirección de la organización con la puesta en marcha de todos los recursos disponibles que faciliten un espacio saludable para sus trabajadores, clientes y cualquier otra parte interesada, proporcionando un producto/servicio con las máximas garantías.»
Protocolo de actuación
Incluye directrices indispensables contempladas en la Norma UNE 0066(según las normativas y recomendaciones publicadas por las administraciones públicas y sectoriales) para crear zonas seguras de contaminación biológica tanto en vehículos como en instalaciones.
La organización identificó los peligros reales a los que se enfrenta, que vienen definidos por la actividad que realiza y por las instalaciones con las que cuenta. Se deben evaluar estos peligros y determinar qué medidas se van a adoptar para minimizar los riesgos, incluyendo:
• Procesos de limpieza y desinfección efectivos.
• Barreras sociales para evitar contagios.
• Tipos de controles y con qué frecuencia se medirán.
• Formación a los trabajadores en las prácticas definidas para evitar los riesgos.
• Determinar qué equipos de protección son los más adecuados para el personal que trabaja en sus instalaciones, según los grupos de riesgo, y proporcionarlos.
• Sistemas de control externo (si son precisos) a emplear, como análisis de superficies, test a trabajadores…
Además, se deben establecer los canales de comunicación eficaces para informar a las partes pertinentes y, también, los medios de actuación necesarios cuando se detecte personal presuntamente infectado o que presente síntomas de COVID-19.
La certificación es una garantía social de primer orden para mostrar que se han ejecutado todas las tareas posibles para el fin propuesto:
PROTEGER A LAS PERSONAS
DE LA PROPAGACIÓN DEL CORONAVIRUS
Si desea ampliar esta información, puede visitar visitar la web de ACCM.